Al paso de los años, la psiquiatría ha convencido a millones de personas que
sus cambios emocionales, es decir las altas y bajas del estado de ánimo, se
deben a la deficiencia de serotonina y que solamente pueden ser aliviados solo
si toman fármacos que trastornan la mente, como los antidepresivos.
No obstante, altos especialistas afirman que la teoría del desequilibrio
químico es un fraude al 100%. El neurólogo pediatra Dr. Fred Baughman Jr., autor
de El Fraude del TDAH, como la psiquiatría hace pacientes a niños
normales, compareció ante el Senado del Estado de Georgia, y declaró: “Hay
algo que ustedes deben saber acerca de los diagnósticos psiquiátricos: No
existen tales cosas como un trastorno psiquiátrico, la enfermedad psiquiátrica o
el desequilibrio químico psiquiátrico”.
Cuando la teoría del desequilibrio químico cerebral se emitió, fue
cuestionada por la agencia informativa Today Show de la NBC, el
entonces presidente de la Asociación Americana Psiquiátrica (APA, por sus siglas
en inglés), el Dr. Steven Sharfestein, defendió ésta afirmación. Una avalancha
de críticas y cuestionamientos sobre tal afirmación se hicieron patentes, varios
días después Sharfestein se retractó públicamente diciendo que “no existe
‘ninguna prueba contundente de laboratorio’ que determine la existencia de un
desequilibrio químico en el cerebro”.
El vocero de la APA, el Dr. Marc Graff, dijo que la teoría del desequilibrio
químico del cerebro, “era probablemente una afirmación proveniente de la
industria farmacéutica”1
Que no es de sorprenderse, ya que representa más de $13 mil millones de
dólares anuales por ventas tan sólo de antidepresivos, es un enorme incentivo
por lo cual mentirle al público.
Cuando se le preguntó al Dr. David Burns, ganador del premio A.E. Bennett de
la Sociedad de Bioética de Psiquiatría, sobre el estatus de la teoría del
desequilibrio químico de la serotonina, dijo: “pasé los primeros años de mi
carrera, investigando tiempo completo el metabolismo de la serotonina, pero
nunca encontré ninguna evidencia convincente de que cualquier trastorno
psiquiátrico, incluyendo la depresión, fuera debido a una deficiencia de
serotonina del cerebro”, de hecho no hay forma de medir los niveles de
serotonina en una persona viva, por lo que no hay forma de probar éstas
teorías”.2
A pesar de estos hechos, se les ha prescrito antidepresivos a decenas de
millones de personas en todo el mundo, según uno de los laboratorios, más de 54
millones de personas consumen tan solo uno de ellos. Muchos de los consumidores
creen, debido al bombardeo de publicidad, que están corrigiendo una condición
física, condición que simplemente no existe.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés, de
EU) que protege a la psiquiatría y a la industria farmacéutica, se ha asegurado
que a la gente no se le haya dicho la verdad sobre la teoría del “desequilibrio
químico”, o de los peligros de los fármacos prescritos para el supuesto
tratamiento. El comisionado de la FDA Andrew C. von Eschenbach admitió que: “No
hay pruebas de laboratorio que determinen la existencia del TDAH, de la
bipolaridad o de la Ezquizofrenia. Más que diagnosticar una ‘enfermedad’
generalmente les dejamos esta decisión a los expertos... quienes tratan y
estudian éstas entidades”3.
Las compañías farmacéuticas dan apoyos económicos a los psiquiatras expertos,
un análisis de los registros de Minnesota hecho por el New York Times,
que es el único Estado que requiere de los expertos documentos de transparencia
de todas las compañías farmacéuticas, como pagos por publicidad a los doctores,
arrojaron la siguiente información, que de 1997 al 2005, más de una tercera
parte de los psiquiatras con licencia para la práctica, recibieron dinero de la
industria farmacéutica, incluso el octavo presidente de la Sociedad de
Psiquiatría de Minnesota.4
Es increíble que le tomara a la FDA por lo menos trece años antes de
anunciar, a pesar de haber contado con esa información desde 1991 o antes, y
publicar una advertencia acerca de que los antidepresivos causan “ansiedad,
agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, impulsividad,
acatisia (intranquilidad severa), hipomanía (excitación anormal, manía leve) y
manía (psicosis caracterizada por sentimientos exagerados y alucinaciones).
5
En 2004, al ordenar las advertencias mas severas que se deben escribir
“dentro de un recuadro negro” en los empaques de antidepresivos, la FDA
finalmente alertó al público del riesgo que tenían los niños y adolescentes al
tomar antidepresivos, pero solo después de las innumerables tragedias que se
habían registrado. En el 2006, la agencia emitió advertencias similares para las
personas de 18 a 24 años. Los estudios muestran que también los adultos también
corren el mismo riesgo de suicidarse, y que pueden ocurrir efectos serios al
retirarlos, así como la “ideación homicida”. (ver articulo Prescription Havoc”en
la pág. 20).
Los antidepresivos son peligrosos. Adicionalmente en enero del 2008, La
revista New England of Medicine, publicó un estudio del Dr. Erick H.
Turner, et all, que determinaron que la eficacia de los antidepresivos había
sido exagerada. En dicho estudio, ellos revisaron los 74 estudios que se
hicieron sobre una docena de antidepresivos y a los 12,564 pacientes que
participaron en los estudios. De los 36 estudios que la FDA determinó que eran
negativos o que tuvieron resultados cuestionables, nunca fueron publicados los
resultados negativos de 22 de esos estudios. Y de los 14 estudios restantes,
dijeron que 11 de éstos estudios habían estado mal caracterizados los resultados
y los resultados negativos se presentaron como positivos.6
Un mes después, la Public Library of Science, (PLOS) publicó un estudio
encabezado por el Pprof. Irving Kirsh de la Universidad de Hull, quien había
revisado 47 estudios, algunos de ellos habían sido publicados otros no,
requeridos a través de la Ley de Transparencia de Estados Unidos, y encontró que
no había prácticamente ninguna diferencia entre los antidepresivos y los
placebos cuando se daban como tratamiento para la depresión leve.
Aparentemente había mejora en los pacientes con depresión muy aguda a quienes
se les dio placebo reducido mas que a los que se les aumento los antidepresivos.
“Esto quiere decir que la gente con depresión puede mejorar sin los tratamientos
químicos” afirmó Kirch. 7
Mientras que los psiquiatras insisten en que la enfermedad es una condición
neurobiológica, y han gastado miles de millones de dólares sin haber conseguido
evidenciar esta teoría, el psicólogo Bruce Levine, autor de Commonsense
Rebellion (La Rebelión del Sentido Común) está dentro de aquellos que
han enderezado los conceptos diciendo: “No se han establecido marcadores
bioquímicos o genéticos para el trastorno por déficit de atención, el trastorno
oposicionista desafiante, la depresión, esquizofrenia, ansiedad, compulsión por
el alcohol o el abuso de drogas, sobrealimentarse, apostar, o ningún otro de los
supuestos enfermedades, males o trastornos mentales.8
Un estudio hecho en noviembre del 2005 por Jeffrey Lacasse, conferencista
invitado por la Universidad de Estado de Florida, y John Leo, profesor asociado
de Neuroanatomía de La Universidad Lincoln Memorial, confirmó que “No existe
ningún artículo que haya revisado hecho por algún colega que pueda citarse para
apoyar la teoría de que la deficiencia de serotonina existan en ningún trastorno
mental, mientras que sí existen los que presentan evidencia contraria a
ello.”
Como parte de la farsa, muchos psiquiatras mandan estudios de escaneos
cerebrales, para demostrar que existe los trastornos mentales. El psiquiatra
Douglas Mar, quien trabaja en contra de esta práctica afirma: “No hay base
científica que apoye estas teorías”.10
Podemos hacer escaneos en todos los cerebros que queramos” dijo Grace
Jackson, ex psiquiatra del servicio en la Marina de EU. y autora de
Rethinking psychiatry drugs, Guide of Informed Consent Reconsiderando
las drogas Psiquiatricas, guia del consentimiento informado, el hecho de que
observemos cambios en los cerebros de muchas personas, cambios en la función, no
quiere decir que hayamos descubierto nada que se haya originado en los cerebros,
solo quiere decir que vemos cambios, pero no que haya algo mal en los
cerebros”.11
El diario norteamericano The New York Times, resumió en una
investigación de 30 años, revelando que ningún psiquiatra o investigador ha
establecido las imágenes neurológicas como medio para diagnosticar alguno de los
trastornos mentales o determinar la causa biológica que las
provoque.12
En otros países fuera de Estados Unidos, donde la influencia de la publicidad
de las farmacéuticas está limitada, las agencias reguladoras han tomado cartas
en el asunto en cuanto la publicidad falsa o incorrecta. Hace algunos años por
ejemplo El Consejo Médico de Irlanda prohibió al fabricante de Paxil que
publicitara que el fármaco corrige el desequilibrio químico.13
En el 2002, La Comisión de Publicidad de Holanda, ordenó a la Brain
Foundation (Fundación del Cerebro), que dejara de hacer publicidad o promover
que el TDAH sea una condición neurobiológica o una disfunción cerebral debido a
que no hay ninguna evidencia que apoye éstas afirmaciones.14
En Estados Unidos, sin embargo, a pesar de haberse informado los hechos, la
FDA y la Comisión de Comercio Federal han permitido que la publicidad falsa se
siga haciendo.
Una demanda creciente de culpabilidad de los psiquiatras y de los grupos de
apoyo quienes reciben fondos económicos de sus industrias farmacéuticas, se
encuentran promoviendo legislaciones federales y reformas a la FDA para que los
beneficien.
*Jan Eastgate, Presidenta de la Comisión de
Ciudadanos por los Derechos Humanos Internacional.
Artículo traducido al español por Rossana Fernández de CCHR México, se hace
un agradecimiento especial a la Freedom Magazine por autorizar su publicación en
español.