Encadenarse
al pasado: Una mala costumbre
Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como
sofá
Debemos estar atentos a lo que el aquí y el ahora nos ofrecen y evitar
quedarnos encadenados en el pasado, lo que sucedió ya pasó. No obstante, a
muchos les cuesta desanclarse, liberarse del pasado y desperdician
considerablemente su tiempo presente.
Si tu padre era un alcohólico y te abandonó cuando era niño, si tu madre
era sobreprotectora y era sumamente estricta, eso ya no podemos cambiarlo, pero
si tenemos la opción de no repetir esos patrones con nuestros seres queridos o
evitar comportarnos de forma similar. Podemos educar a nuestros hijos con mayor
sabiduría y transmitirles conocimientos para que en un futuro ellos no se
comporten con otros de forma incorrecta o puedan convertirse en victimas.
Hay personas que parecen ancladas en su pasado, aferradas a situaciones
pretéritas, sin atreverse a enfrentar los nuevos desafíos. Muchas de ellas viven
al pasado como un refugio, obteniendo la seguridad que no sienten para enfrentar
el presente.
Otras sin embargo, retornan a un momento determinado de su pasado de un
modo obsesivo, tratando de revivir una situación penosa en un intento inútil de
cambiar ese pasado. Personas por ejemplo, que siguen pensando" si no hubiera
dicho esto, tal vez..." "si hubiera hecho aquello...", "si no me hubiera pasado
tal cosa", "si no hubiera ido a tal sitio"... estas personas están muchas veces
aquejadas de una profunda tristeza, se sumen en un estado de impotencia y
depresión porque no pueden aceptar que lo pasado, pasado está y por mas que se
intente y se desee no hay vuelta atrás.
Es perjudicial atormentarse pensando en lo que pudo haberse hecho en
aquellos momentos del pasado y no se hizo, seguir buscando posibles soluciones
que se podían haber tomado, seguir buscando culpables, responsables ...ese
comportamiento lo único que consigue es maltratarnos, castigarnos
psicológicamente, impidiéndonos vivir nuestro momento actual y generar nuevos
proyectos y logros.
Centrarse en la vida actual, ser consciente del momento presente, y borrar
frases repetitivas del tipo "si hubiera hecho..." "si no hubiera pasado" hará
que puedas darle al pasado el sitio que le corresponde.
El problema no es mirar al pasado y recordarlo, el problema viene cuando se
vive en el pasado de forma continuada, de una forma enfermiza y obsesiva.
Un ejemplo podría ser si en nuestra vida hemos estado enamorados
profundamente de una persona y en una discusión se rompió esa relación, la
persona volverá una y otra vez a ese punto de forma obsesiva queriendo cambiar
la situación, por su cabeza rondarán cosas como "nunca debí decir aquello que
hizo que lo perdiera". Este es el error más común ya que lo pasado no se puede
cambiar, no podemos basar nuestra vida actual en eso y lo que es peor no se
vive ni el presente ni tan siquiera se tiene en cuenta el futuro.
Hay que identificarse plenamente con el aquí y el ahora, vivirlo
intensamente, aprovechar el potencial de vida que se nos ha legado.
Por eso cuando estemos aferrado al ayer o tengamos miedo de lo que pueda
ser, recordemos que cada segundo es aquel que no ha de volver, como cada gota
de agua que cae sólo una vez, como cada flor que crece y en otro momento
florece, como el día de hoy que no mira hacia atrás para seguir adelante.
Pasado, presente y futuro, no son períodos en el tiempo, son períodos en la
mente.
"Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del
presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros" Jean de la
Bruyere.
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