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lunes, 9 de septiembre de 2013

Encadenarse al pasado: Una mala costumbre

Encadenarse al pasado: Una mala costumbre
Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá
Debemos estar atentos a lo que el aquí y el ahora nos ofrecen y evitar quedarnos encadenados en el pasado, lo que sucedió ya pasó.  No obstante,  a muchos les cuesta desanclarse, liberarse del pasado y desperdician considerablemente su tiempo presente.
Si tu padre era un alcohólico y te abandonó cuando era niño, si tu madre era sobreprotectora y era sumamente estricta, eso ya no podemos cambiarlo, pero si tenemos la opción de no repetir esos patrones con nuestros seres queridos o evitar comportarnos de forma similar. Podemos educar a nuestros hijos con mayor sabiduría y transmitirles conocimientos para que en un futuro ellos no se comporten con otros de forma incorrecta o puedan convertirse en victimas. 
Hay personas que parecen ancladas en su pasado, aferradas a situaciones pretéritas, sin atreverse a enfrentar los nuevos desafíos. Muchas de ellas viven al pasado como un refugio, obteniendo la seguridad que no sienten para enfrentar el presente.
Otras sin embargo, retornan a un momento determinado de su pasado de un modo obsesivo, tratando de revivir una situación penosa en un intento inútil de cambiar ese pasado. Personas por ejemplo, que siguen pensando" si no hubiera dicho esto, tal vez..."  "si hubiera hecho aquello...", "si no me hubiera pasado tal cosa", "si no hubiera ido a tal sitio"... estas personas están muchas veces aquejadas de una profunda tristeza, se sumen en un estado de impotencia y depresión porque no pueden aceptar que lo pasado, pasado está y por mas que se intente y se desee no hay vuelta atrás. 
Es perjudicial atormentarse pensando en lo que  pudo haberse hecho en aquellos momentos del pasado y no se hizo, seguir buscando posibles soluciones que se podían haber tomado, seguir buscando culpables, responsables ...ese comportamiento lo único que consigue es maltratarnos, castigarnos psicológicamente, impidiéndonos vivir nuestro momento actual y generar nuevos proyectos y logros.
Centrarse en la vida actual, ser consciente del momento presente, y borrar frases repetitivas del tipo "si hubiera hecho..." "si no hubiera pasado" hará que puedas darle al pasado el sitio que le corresponde.
El problema no es mirar al pasado y recordarlo, el problema viene cuando se vive en el pasado de forma continuada, de una forma enfermiza y obsesiva. 
Un ejemplo podría ser si en nuestra vida hemos estado enamorados profundamente de una persona y en una discusión se rompió esa relación, la persona volverá una y otra vez a ese punto de forma obsesiva queriendo cambiar la situación, por su cabeza rondarán cosas como "nunca debí decir aquello que hizo que lo perdiera". Este es el error más común ya que lo pasado no se puede cambiar, no podemos basar nuestra vida actual en eso y lo que es peor  no se vive ni el presente ni tan siquiera se tiene en cuenta el futuro.
Hay que identificarse plenamente con el aquí y el ahora, vivirlo intensamente, aprovechar el potencial de vida que se nos ha legado.
Por eso cuando estemos  aferrado al ayer o tengamos  miedo de lo que pueda ser, recordemos  que cada segundo es aquel que no ha de volver, como cada gota de agua que cae sólo una vez, como cada flor que crece y en otro momento florece, como el día de hoy que no mira hacia atrás para seguir adelante.
Pasado, presente y futuro, no son períodos en el tiempo, son períodos en la mente.
"Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros" Jean de la Bruyere.

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