FORO BORDERLINE MEXICO

jueves, 12 de septiembre de 2013

Autolesión: se pude superar

Autolesión: se pude superar
Si le causas daño físico a tu cuerpo (autolesión, self injury, AL, cutting, risuka) para poder manejar emociones que te abruman, ten por seguro que no tienes nada de que avergonzarte. Lo más probable es que estás logrando sobrevivir y mantener una integridad psicológica con la única herramienta que tienes ahora.

La autolesión es una herramienta cruda y destructiva, la cual sirve a corto plazo: logras tener algún alivio del dolor/miedo/ansiedad que invaden tu vida.

Cuando te haces daño, lo haces porque es lo único que puedes hacer en esos momentos tan difíciles.

El pensar en abandonar el hacerte daño puede sonar imposible, lo cual es lógico: a lo mejor no te has dado cuenta que el hacerse daño no es el mejor método para sobrevivir y que puedes aprender otras formas de calmar tu dolor emocional.
La forma que elijas para hacerte daño puede ser cortarte, pegarte, quemarte, rascarte, arrancarte el pelo, rompiéndote huesos, no dejando que las heridas sanen, entre otras. Puede que hagas una o varias de estas. La manera en que te dañas no es tan importante como el reconocer que lo haces y que significado tiene para ti.
El tener la conducta de autolesionarse no implica necesariamente que fuiste un niño que sufrió abuso. Lo que normalmente indica es que en algún momento de tu vida, no aprendiste la manera apropiada para manejar emociones dolorosas. No estás enfermo ni eres una persona repugnante; lo único es que nunca aprendiste formas positivas para lidiar con tus emociones.
Para mucha gente que se autolesiona, llega un momento clave donde se dan cuenta que el cambio es posible, que pueden hacer algo diferente. Empiezan a creer que en efecto, hay otras maneras de sobrevivir, y comienzan a intentar con herramientas no-auto-destructivas que les sirvan para lidiar con los momentos difíciles. Este sitio existe para ayudarte a acercarte cada vez más a ese momento.
Decidir dejar de hacerte daño es una decisión muy personal. Vas a tener que tomarte tu tiempo antes de decidir si estás lista(o) para comprometerte a una vida sin cicatrices y moretones.
No te desanimes si llegas a la conclusión que todavía no estás lista(o) para parar; de ser así, lo que sí puedes hacer es tener más control sobre tu autolesión, el cuando y qué tanto te harás daño, poniéndote límites al lesionarte, y tomando la responsabilidad de ello.
¿Cómo empiezo a dejar de hacerme daño?
Hay varias estrategias que se pueden utilizar para cuando se está en un momento de crisis y te surge la necesidad de hacerte daño. Una estrategia que me ha funcionado es el hacer cualquier cosa que no sea hacerme daño y que produzca una sensación intensa: agarrar hielo con la mano y apachurrarlo, tomar una ducha bien fría o un baño calientito, morder un chile verde, ponerte Vicks Vaporub debajo de la nariz, etc. El hacer corresponder una emoción a una acción es algo que puede ser muy útil.
Claro que surge la pregunta: ¿no son estas estrategias equivalentes al castigo que te impones al cortarte, quemarte, o pegarte? La diferencia crucial es que no producen resultados que perduran. Si exprimes en tu mano hielo hasta que se derrita, o si metes un par de dedos dentro de un bote de helado por unos minutos, te va a doler mucho, pero no va a dejar cicatrices. No va a dejar ninguna huella que luego tengas que explicar de donde vino. Lo más probable es que no te sientas culpable después de hacerlo, a lo mejor un poco tonta, o bien algo orgullosa de que pudiste salir de la crisis sin auto-lesionarte, pero no culpable.
Lista de sugerencias que te pueden ayudar a vencer el impulso que te lleva a autolesionarte:
-Respirar profundo
-Técnicas de relajación
-Llama a un amigo(a) o a tu terapeuta
-Trata de no estar sola (visita a una amiga, anda al supermercado, etc.)
-Date un baño caliente
-Escucha música
-Sal a caminar
-Escribe en tu diario
-Usa un elástico en tu muñeca para tirarlo y soltarlo cuando sientas el impulso de autolesionarte
-Dibuja marcas rojas con un rotulador sobre tu cuerpo en lugar de cortarte
-Sostén hielo en tus manos - esto causa dolor en tus manos, pero no es peligroso ni agresivo
-Pégale a una cama o a un cojín (para cuando necesites aliviar la ira y la frustración de una forma física)
-Corta un pedazo de madera o usa un destornillador para enterrarlo en el pedazo de madera (puede ser otra manera de físicamente desatar tus emociones sin causarte daño)
-Evita la tentación (no te pasees por la sección de hojas de afeitar en los supermercados)
-Aprende a enfrentarte a los demás y hacer que conozcan tus propios sentimientos en lugar de reprimirlos
-Sal al aire libre y grita
-Haz algún deporte (ejercitarte puede ayudar a aliviar tensiones)
-Trabaja con pintura o plastilina haciendo figuras y luego haz lo que quieras con ellas
-Dibuja lo que sea o a quien sea que te hace enojar
-En lugar de herirte, masajea el área donde quieras hacerte daño con aceites o cremas, recordándote a ti misma que eres especial y que mereces tratarte con amor y respeto
-Anda a una iglesia, un templo, un lugar de oración
-Quiebra o rompe el objeto que utilizas para autolesionarte como una manera de demostrarte que tienes el control sobre él
-Escribe una carta a las personas que te han herido y cuéntales cómo te han hecho sentir (estas cartas no tienen por qué ser perfectas, no tienes por qué agradar a nadie más que a ti misma y no tienes por qué entregarlas); luego de escribir las cartas puedes hacer lo que tú quieras con ellas (romperlas, quemarlas, tirarlas, etc.)
-Cocina, cose, borda, etc.
-Recita varias veces un poema, una oración o cualquier cosa que te calme
-Escribe todas tus virtudes y razones por las que no mereces ser herida
-Escribe en tu diario por qué no mereces herirte y si tienes que hacerlo, escribe qué es lo que te ocasionó esta necesidad para que en el futuro puedas evitarlo
-Toca algún tipo de instrumento musical; incluso si no sabes cómo tocar, tratar de hacerlo es una forma de concentrarte en otra cosa y de deshacerte del impulso de herirte
-Haz meditación
-Permítete llorar, puede hacerte sentir mucho mejor; te permite exteriorizar lo que tienes dentro de ti
-Date una ducha helada
-Escribe la palabra que mejor se asocia a lo que estás sintiendo (horrible, triste, sola, enojada) y continúa escribiéndola una y otra vez; a veces cuando haces esto las palabras terminan viéndose ridículas e incluso te pueden hacer sonreír
-Canta una canción sobre lo que estás sintiendo, es otra manera de exteriorizar
-Toma lo que sea que estés usando para autolesionarte y úsalo contra otra cosa (por ejemplo, cortar una toalla con una máquina de afeitar); a veces ver lo que se "puede" hacer con el objeto te hace pensar dos veces antes de usarlo en ti misma, además de tener la sensación de "haberlo hecho"
-Haz una lista de razones de por qué vas a parar de cortarte y cada vez que tengas el impulso, lee la lista para recordarte por qué no debes hacerlo
-Haz "tareas de la casa" (aseo, lavar, planchar, etc.)
-Haz rayas sobre un papel, apuñalando el lápiz (apila varias hojas para que no se rompan)
-Rompe papel de diario
-En una foto de ti misma, marca con tinta roja qué es lo que te quieres hacer y luego corta o rompe la foto
-Tira hielo en una bañera o contra una muralla lo suficientemente dura como para quebrarlo
-Rompe palos
-Muerde ají, chile o guindillas o mastica raíz de jengibre
-Dale una palmada a una mesa
-Sé creativa y trata de encontrar tus propias maneras de desahogar tus emociones
Mucha gente intenta acciones sustitutas como las descrita anteriormente y reportan que algunas veces sí funcionan, y otras vences no. Una manera de incrementar la posibilidad de que una ayuda sustituta/de distracción calme el deseo de hacerse daño, es la de hacer corresponder una acción a la emoción que se está sintiendo en el momento.
Primero, tómate unos minutos y trata de ver que hay detrás del deseo. ¿Qué estás sintiendo?, ¿estás enojada?, ¿frustrado?, ¿triste?, ¿desesperada?, ¿ansías la sensación del auto-daño?, ¿despersonalizada?, ¿te sientes como muerto?, ¿te sientes dispersa?, ¿necesitas apapacho?
Ahora, trata de corresponder tu emoción con una acción.
Usa estos métodos provisionales para demostrarte que puedes manejar situaciones difíciles sin hacerle daño a tu cuerpo. Cada vez que uses estas técnicas, logras que para la próxima crisis la autolesión sea una opción menos probable y tengas la capacidad de hacer algo diferente.
Importante y a tener en cuenta:
-La auto-lesión es un mecanismo muy astuto: toma lo que parece insoportable y lo transforma en algo que puedes controlar. El único problema es que cuando desvías el dolor nunca te enfrentas a él y por lo tanto nunca se va a disminuir su intensidad. Regresa y regresa y tienes que seguir cortándote o quemándote.
- Para combatir el impulso de hacerte daño vas a tener que enfrentarte a lo que es insoportable si quieres en algún momento que ya no tenga tanto poder sobre ti. Cada vez que logres enfrentarte cara a cara con el dolor real, lo puedas sentir y tolerar, va a ir perdiendo su habilidad de tumbarte y eventualmente se convertirá en un recuerdo.
-Tu primera tarea cuando ya hayas decidido dejar de hacerte daño es romper el ciclo, forzarte a intentar nuevos mecanismos para hacer frente a la crisis. Y es verdad que te tienes que forzar hacerlo, no llega solito. Tienes que trabajarle, que luchar, tienes que hacerte hacer las cosas de manera diferente. Cuando tomas el cuchillo, o el encendedor, o te preparas para darte contra la pared, tienes que conscientemente tomar una decisión de hacer algo diferente.
Si necesitas más información o ayuda visita: http://www.autolesion.com/


‘Psiquiátrico: 1. El Frenopático’, testimonio de los manicomios franceses en los 60

Psiquiátrico: 1. El Frenopático’, testimonio de los manicomios franceses en los 60
La locura nos intriga y fascina a partes iguales. Hay multitud de obras que se han sumergido en ella, presentándonos diferentes personajes al filo de la irrealidad y ambientadas en manicomios de diferentes partes del mundo. Tenemos los ejemplos de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, ‘Los renglones torcidos de Dios’, ‘Corredor sin retorno’…
Ahora es la autora marsellesa Lisa Mandel quien nos ofrece un retrato de los psiquiátricos franceses en las décadas de los 60 y los 70, documentado a partir de los testimonios de varios familiares suyos que trabajaron como auxiliares y enfermeros en estos centros. Las instituciones psiquiátricas han cambiado muchísimo en los últimos años, pero en la época que refleja este cómic, los tratamientos todavía eran muy rústicos y traspasaban los límites de la crueldad en muchas ocasiones.
Así pues, ‘Psiquiátrico’ es un cómic bastante duro, a pesar de contar con un dibujo inofensivo en apariencia, de corte infantil, que provoca un enorme contraste con respecto a las situaciones que nos cuenta. Se trata de una obra coral en la que enfermeros y pacientes desfilan por sus páginas para mostrarnos cómo era el día a día en estos manicomios, ejemplos de enfermedades mentales y tratamientos, así como ciertos momentos más divertidos que ayudan a sosegar el ambiente sórdido de estos lugares.
psiquiatrico2.jpg
La autora hace una labor que podríamos describir como periodística, en la que sin introducir sus propias opiniones se limita a exponer los recuerdos, ideas y críticas de los entrevistados. Todos ellos eran muy jóvenes en la época en que se desarrolla la historia, llegaron al mundo de las instituciones psiquiátricas casi por casualidad, y se encontraron con una realidad difícil de digerir que sólo empezó a cambiar a lo largo de los 70.
Ese cambio se percibirá en el segundo volumen de la obra, que próximamente editará Astiberri. De momento, podremos hacernos una idea de lo que ocurría a finales de los 60 con una lectura absorbente y estremecedora en ocasiones que ningún fan del cómic de corte social debería pasar por alto.
  • Título: Psiquiátrico 1. El Frenopático
  • Autora: Lisa Mandel
  • Editorial: Astiberri
  • Editorial Francia: L’Association
  • Formato: Rústica con solapas // 88 páginas // Bitono
  • Precio: 14 euros